Este drama costumbrista, situado en plena Edad Media, cuenta la historia de un señor abusador, el noble Don Tello, que no cesa en el intento de acosar a una bella joven que está prometida a uno de sus criados. Tras múltiples peripecias en las que se verán envueltos la joven y su prometido, se necesitará de la presencia del Rey Alfonso XII para lograr que el cacique abandone sus sucias artimañas.
Coproducción hispanoitaliana realizada a través de Coral P.C. (productora de Rafael Gil) y Midega Films. Se trata de una adaptación del clásico de Lope De Vega que, a pesar de su costosa producción, recaudó tan sólo unos 60.000 euros.
El director de la película fue Rafael Gil, uno de los mejores cineastas españoles en adaptar piezas teatrales -no en vano había nacido en el Teatro Real, donde trabajaba su padre, pero en esta película se topó con un reparto erróneo formado por la italiana Simonetta Stefanelli y el inglés Raymond Lovelock.
Pero lo que quiero resaltar no son sus malas críticas, sino la utilización como decorados de los diferentes monumentos románicos que pueblan nuestra provincia, podemos ver sirviendo de gran comedor el interior de la iglesia de San Martín de Fromista, de habitación de la dama la ermita de Santa Cecilia de Vallespinoso de Aguilar, de iglesia del pueblo, la iglesia de San Salvador de Cantamuda y un largo etcétera.
Un mal reparto, pero en mi opinión una gran elección de los escenarios, que mejor manera de representar la Edad Media que con su arte.
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